De acuerdo con los términos del tratado de paz de los aliados con Italia, firmado en 1947, se tenía que llegar a un acuerdo antes de un año sobre los planes para las antiguas colonias italianas de Eritrea, Somalia y Libia. Ante la ausencia de tal acuerdo, sin embargo, se dejó la decisión en manos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La Asamblea General de Naciones Unidas votó la federación de Eritrea con Etiopía, que debería completarse para septiembre de 1952. Sin embargo, una vez que se completó la federación, Hailé Selassié acabó con la autonomía de Eritrea. Hacia 1962 se había reducido a una provincia de Etiopía, dando lugar al establecimiento de un movimiento nacional de resistencia, el Frente de Liberación de Eritrea, y al comienzo de una lucha militar que culminaría treinta años después con la expulsión del gobierno etíope y la independencia de Eritrea.
En 1955 Hailé Selassié promulgó una Constitución revisada; se trataba de un leve intento para modernizar el país. Aunque daba ciertos poderes limitados al Parlamento, los sectores progresistas del país lo consideraban insuficiente. Tras un intento fallido por parte de miembros de la guardia imperial de expulsar a Hailé Selassié del trono en diciembre de 1960, el emperador aumentó los esfuerzos gubernamentales para el desarrollo económico y las reformas sociales.
A lo largo de la década de 1960, Hailé Selassié se preocupó cada vez más de los asuntos exteriores. En 1963 desempeñó un destacado papel en la formación de la Organización de la Unidad Africana, cuya secretaría se situó en Addis Abeba. El año siguiente, una antigua disputa de fronteras entre Etiopía y la República de Somalia pasó a ser un conflicto armado. Se pactó una tregua, estableciendo una zona desmilitarizada a lo largo de la frontera, pero las hostilidades se repetían esporádicamente. También aparecieron problemas en 1965 con Sudán, a la cual Etiopía acusó de ayudar a los independentistas de Eritrea. El conflicto se intensificó cuando 7.000 eritreos escaparon a Sudán en 1967 a causa de las represalias militares etíopes contra los secesionistas. En diciembre de 1970 el gobierno declaró el estado de sitio en algunas partes de Eritrea, pero no logró poner fin a la guerra de guerrillas.
A principios de la década de 1970 Hailé Selassié siguió desempeñando un papel importante en asuntos internacionales, ayudando a mediar en disputas entre Senegal y Guinea, Tanzania y Uganda, y las zonas norte y sur de Sudán. A pesar de todo, ignoró en gran manera urgentes problemas internos: la gran desigualdad en la distribución de la riqueza, el subdesarrollo rural, la corrupción en el gobierno, la inflación galopante, el desempleo, y las severas sequías y hambrunas en el norte entre 1972 y 1975.
En 1955 Hailé Selassié promulgó una Constitución revisada; se trataba de un leve intento para modernizar el país. Aunque daba ciertos poderes limitados al Parlamento, los sectores progresistas del país lo consideraban insuficiente. Tras un intento fallido por parte de miembros de la guardia imperial de expulsar a Hailé Selassié del trono en diciembre de 1960, el emperador aumentó los esfuerzos gubernamentales para el desarrollo económico y las reformas sociales.
A lo largo de la década de 1960, Hailé Selassié se preocupó cada vez más de los asuntos exteriores. En 1963 desempeñó un destacado papel en la formación de la Organización de la Unidad Africana, cuya secretaría se situó en Addis Abeba. El año siguiente, una antigua disputa de fronteras entre Etiopía y la República de Somalia pasó a ser un conflicto armado. Se pactó una tregua, estableciendo una zona desmilitarizada a lo largo de la frontera, pero las hostilidades se repetían esporádicamente. También aparecieron problemas en 1965 con Sudán, a la cual Etiopía acusó de ayudar a los independentistas de Eritrea. El conflicto se intensificó cuando 7.000 eritreos escaparon a Sudán en 1967 a causa de las represalias militares etíopes contra los secesionistas. En diciembre de 1970 el gobierno declaró el estado de sitio en algunas partes de Eritrea, pero no logró poner fin a la guerra de guerrillas.
A principios de la década de 1970 Hailé Selassié siguió desempeñando un papel importante en asuntos internacionales, ayudando a mediar en disputas entre Senegal y Guinea, Tanzania y Uganda, y las zonas norte y sur de Sudán. A pesar de todo, ignoró en gran manera urgentes problemas internos: la gran desigualdad en la distribución de la riqueza, el subdesarrollo rural, la corrupción en el gobierno, la inflación galopante, el desempleo, y las severas sequías y hambrunas en el norte entre 1972 y 1975.
2 comentarios:
shhhhh hAy Q gAnArlE a BabIlOOn
shhhhh? ve a callar a la gran puta de tu madre,y escribe bien iletrado de mierda.hay que ganarle a babylon? como? con mentiras como lo propones tu ristra de mierda?no seas imbecil,si tanto te duele la verdad sobre tu mesias de barro "haile selassie" no entres aquí analfabestia.
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